domingo, 17 de noviembre de 2019

El poder de la mente: la fibromialgia




Ya he hablado otras veces del poder de la mente, en este caso voy a hablar de la fibromialgia. En este espacio se habla de la enfermedad mental, pero, ¿en dónde podemos englobar la fibromialgia?
Una enfermedad en terreno en medio de nadie. Las pruebas físicas no muestran ningún daño y sin embargo quienes padecen este mal se sienten cada vez peor.
La fibromialgia consiste en un dolor que comienza casi siempre con un resfriado y, de hecho, los que la padecen dicen que creen que nunca llegaron a curarse de ese resfriado pero que, curiosamente, se origina tras algún hecho psicológico traumático para la persona. A partir de ahí, los dolores aumentan junto con el cansancio según va pasando el tiempo hasta el punto en el que se muestra totalmente incapacitante.
¿Cómo es posible que algo que no se ve provoque en el cuerpo un dolor tan fuerte?  ¿Cómo es posible que tu cerebro envíe esas señales de dolor cuando no hay nada aparente que lo justifique? Parece una enfermedad que no tiene sentido, encima los médicos se resisten a creerte porque nada respalda los síntomas que tú mencionas.
Pero todos los dolores en el cuerpo tienen una justificación, un por qué y un para qué.
¿Qué te quiere decir tu cuerpo para que se produzca este desarreglo?
Es curioso, debe ser así, que casi todas las personas que sufren este mal tienen unas características similares. La excesiva responsabilidad, el querer hacer todo, ayudar a todo el mundo, olvidando sus propias necesidades. Son personas que se sienten minusvaloradas en sus vidas, en lo que hacen. Y en ellas aparece el conflicto entre lo que necesitan y lo que dan. Un, no quiero pero debo.
La familia es el lugar donde más se producen estos abusos contra ti, porque se han acostumbrado a que tú lo hagas todo, nadie quiere cambiar esa actitud, todos están bien excepto tú. Y como tú no eres capaz de hacer nada al respecto, lo hace tu cerebro por ti, literalmente te incapacita para que detengas esa carrera en contra de ti mismo y tus necesidades.
El tratamiento farmacológico no es suficiente ni consigue paliar todos los síntomas. Entre ellos antidepresivos o relajantes musculares.
Al principio no entiendes qué te está pasando y te enfadas con todo y con todos. Nadie te entiende, te quieren convencer de que todo son imaginaciones tuyas y ello te llevará a sufrimiento y a sentirte impotente, puedes incluso aislarte, no quieres explicar otra vez lo mal que te sientes.
Muchas veces te quedas ahí y sigues padeciendo, rogando para que la enfermedad te permita pasar un día sin tanto dolor. Que alguien encuentre una solución para tu mal. Te deprimes por la salud que ya no tienes mientras los dolores aumentan y el cansancio te impide incluso levantarte de la cama.
Pero si superas esa etapa, si dejas que tu cerebro se exprese podrás intentar buscar una explicación, por qué, para qué te ha pasado esto.
Será en esta fase donde buscarás ayuda. Un médico no te ayudará, lo sabes. Debes buscar un psicólogo, alguien que te permita ver qué te quiere decir la enfermedad. No están llevando bien tu vida. No te estás cuidando. Necesitas reorganizar tus ideas y tus creencias, cambiar tu modo de pensar, dejar de luchar contra ti mismo.
¿Se cura la fibromialgia?
Sí, casi siempre. Ello depende de la actitud del propio paciente. Pero ese desarreglo bioquímico que se ha producido es necesario restablecerlo. Así que sí, te curarás cambiando tu modo de pensar, estableciendo unos límites psicológicos o incluso alejándote de las personas que te están incapacitando aunque sea de modo inconsciente.
El desarreglo bioquímico se relaciona con los iones de calcio, sodio, magnesio y potasio. La proporción y el equilibrio de estos iones son los que provocan los síntomas y su ajuste puede recuperar tu salud. Infórmate si padeces este mal pero no te olvides de que lo más importante es que reconozcas que tu cuerpo te ha dado una lección muy importante para que aprendas, no para que la tapes o luches contra él.
Sé feliz, te lo mereces.
Rocío Testa Álvarez.

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Asemfa Malaga.