lunes, 23 de septiembre de 2019

HACIA LA TERAPIA DEFINITIVA




Un tema que creo que es de interés para todo el mundo es el que está relacionado con las terapias, concretamente, quiero ceñirme a las terapias psicológicas.
La psicología ha querido reclamar su espacio como una rama de la salud con prestigio y con sólidas teorías para demostrar que tiene un papel importante en la sociedad y que pretende equipararse a la medicina. No voy a analizar esta cuestión.
Lo que sí quiero manifestar es que la psicología se ha querido definir tanto a nivel de teorías que se ha estancado precisamente en eso, en teorías psicológicas. Cuando una persona tiene un problema mental, no va a buscar a un psicólogo según su especialidad terapéutica, no vas porque es conductista, cognitivo o psicoanalista.
Tú acudes a un psicólogo para que te solucione tu problema.
La dificultad radica en que tanto se valora la corriente psicológica que se olvidan de algo. No existe una corriente única, perfecta, todas tienen puntos fuertes y puntos débiles.
Esto se traduce en que las personas no salen satisfechas en su mayoría de estas terapias porque no han visto los resultados que esperaban. Esta gente habla de ello con sus amigos, con sus familiares... y la fama de que los psicólogos no sirven para ayudar a las personas  se extiende como un virus.
Además de esto han aparecido en los últimos tiempos nomenclaturas de profesiones que nadie sabe muy bien en qué consisten o cuál es su base. Estoy hablando de los "couching en desarrollo personal", término inglés que significa entrenador en desarrollo personal, y, ¿no es esto competencia de la psicología? ¿Por qué ha sucedido esto?
Podemos sumarle la espiritualidad y demás términos que siempre han sido ámbito de la psicología pero que se han  desvirtuado o modificado, según queramos verlo.
¿Dónde queda la psicología?
Es lógico que las personas se agarren a estos comunicadores que tienen solución para todo. En parte, colegas de mi rama, es culpa nuestra. No hemos sabido adaptarnos a la sociedad en la que vivimos. La gente está cada vez más mal psicológicamente. Cada vez hay más entrenadores que sin apenas conocimientos de lo que es la verdadera psicología se prestan a hacer terapias, talleres, presentar todo tipo de consejos donde garantizan la felicidad.
A muchos enseguida se les ve venir y podrán tener éxito una pequeña temporada. Pero otros se convierten en auténticos líderes que aprenden más del tema y con su experiencia se hacen imprescindibles si hablamos del número de personas a las que han  conseguido ayudar.
Por eso digo que no les critico. Al contrario, suponen un tirón de orejas para nosotros, los que nos consideramos "expertos de la mente".
¿Cuál es nuestro problema?
Ya lo he dicho, la teoría. La gente no puede tratarse siguiendo una corriente terapéutica única y exclusivamente. No tenemos que demostrar que somos una ciencia y una ciencia que además es útil. Será útil según el porcentaje de éxito a la hora de ayudar a las personas. Nada más, nada menos. Del mismo modo que los médicos son útiles según lo perspicaces que sean para ver más allá de los síntomas del paciente. No solo son esos síntomas los que te llevan a un diagnóstico, está también la persona, el ambiente que le rodea, sus circunstancias... Es algo global, cada factor suma.
Debemos volver al origen.
Colegas, no os enfadéis conmigo, pero os digo que no existe terapia perfecta. Las terapias deben amoldarse a las personas a las que va dirigido y debe ser tan variada como variedad de pacientes existe.
La terapia definitiva es aquella que te lleva a encontrar el problema real de esa persona, su origen y el modo de llegar a la serenidad y la felicidad.
Para mí lo más importante que cualquier terapia debe conllevar obligatoriamente es saber escuchar y dejar hablar lo suficiente. Ser astutos para preguntar lo más importante en el momento oportuno, ser un gran observador y dejarte llevar por el instinto que todo buen psicólogo lleva  consigo.
¿Terapia perfecta? Claro, ¿cómo te llamas?, ¿cómo eres? Vale, tu terapia va a consistir en.... Así de simple.
Volvamos al origen. Somos psicólogos, estudiamos la mente, sabemos cómo ayudar a las personas. Es hora de demostrarlo.
Gente del mundo, tú que sufres, tú que tienes un problema, yo puedo ayudarte, puedo darte la  mejor terapia porque sé escuchar, sé hacer preguntas y soy observadora. Soy Rocío y soy Psicóloga Clínica, me gusta el estudio de la mente y me encanta ayudar a que seas feliz.
Gracias por confiar en mí.
Rocío Testa Álvarez.

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Asemfa Malaga.